Este texto es una versión ligeramente modificada de la intervención de un portavoz de la Tendencia Bolchevique Internacional en un encuentro público en Toronto, patrocinado por la Tendencia Marxista Internacional sobre la situación en Ucrania.
Los actuales disturbios en Ucrania tienen lugar en un país que esta en una bancarrota virtual, y que se enfrenta a una inmediata perspectiva de una intensa disminución de sus niveles de vida. No sorprende en estas circunstancias que unas antiguas divisiones históricas entre la población, entre un Este rusófilo y un Oeste del país mas orientado hacia Europa se hayan exacerbado.
La posibilidad de alejar a Kiev de Rusia se ha contemplado desde hace mucho por el imperialismo norteamericano (y sus socios en Gran Bretaña, Canadá, etc.,) como esencial para debilitar a Rusia, quien, junto con el estado obrero deformado chino, se contempla como un obstáculo esencial a la hegemonía global norteamericana. Cuando el gobierno corrupto y antipopular de Viktor Yanukovich optó por acceder a un préstamo de Rusia en términos menos onerosos de los exigidos por el “ajuste estructural” del Fondo Monetario Internacional, los países de la OTAN, dirigidos por los EE.UU., respondieron con el intento de un “cambio de régimen” siguiendo el patrón de la “Revolución Naranja” de 2004.
Las movilizaciones de Maidan tuvieron éxito en la deposición de Yanukovch a finales de Febrero, instalando al candidato preferido de Washington, Arseniy Yatseniuk, mediante la participación de miles de paramilitares fascistas de Svoboda y del Sector Derecho, quienes, como la “Guardia Nacional” han efectuado brutales “progroms” en la regiones rusoparlantes del Este y del Sur de Ucrania.
Los marxistas apoyamos el derecho de Crimea para bandonar Ucrania y unirse a Rusia. Esto asegura que la OTAN no conseguirá el control de la estratégica base naval rusa de Sebastopol. Nuestra actitud en Crimea es igual a nuestro apoyo al derecho de Chechenia separarse de Rusia, o el derecho de los albaneses de Kosovo a dejar Serbia. Reconocemos el derecho de los pueblos del este de Ucrania a oponerse a la dominación de la oligarquía dirigente de Kiev, y a defenderse contra los esbirros nazis de la “Guardia Nacional”. La mayoría de los denominados “secesionistas” prefieren aparentemente permanecer en una Ucrania federada; este es también su derecho.
Los medios informativos occidentales han entrado e una grotesca campaña propagandística, presentando a Rusia como un atacante de Ucrania. Pero hasta ahora Rusia solo ha actuado de forma defensiva para frenar una agresiva campaña dirigida por los Estados Unidos. Contrariamente al IMT, y muchos otros grupos pretendidamente trotsquistas, la Tendencia Bolchevique Internacional no considera a Rusia una potencia imperialista sino mas bien un país similar a Brasil, con una influencia importante en su región, pero que no constituye un centro del capital financiero global.
El régimen chauvinista y homofóbico de Putin no es sin duda mejor que sus rivales proimperialistas en Kiev. El único camino para los pueblos de Ucrania y el resto del antiguo bloque soviético pasa por la recreación de un movimiento marxista comprometido en el derribo del capitalismo y la vuelta al camino de Lenin, de Trotsky y del internacionalismo revolucionario de la Internacional Comunista en su inicio.